Movimiento. Sensualidad. Intensidad. Todo ello hace del tango argentino un baile digno del cine. Lo demuestra Scent of a Woman. Moulin Rouge! Shall We Dance. True Lies. Chicago. Frida. Las películas de Carlos Gardel, y demás. De los tantos espectáculos de este tipo que hemos disfrutado en Buenos Aires, quizá ninguno mezcla la pasión del tango con la magia del cine como lo hace Tango Porteño.
En pleno Microcentro
De igual manera, resulta difícil encontrar una producción con mejor nombre o ubicación, no sólo por aludir a una canción de Gardel. En Argentina les llaman «porteños» a los habitantes de Buenos Aires por la relevancia histórica de la ciudad como puerto marítimo. Por ende, «tango porteño» representa a todo el tango de la capital.
Por otro lado, gran parte de las cenas show de tango en Buenos Aires se ubican cercanos al barrio La Boca, cuna del tango. Sin embargo, ninguna más que Tango Porteño puede aludir a encontrarse en el mismo corazón de la ciudad, entre el Obelisco de la Avenida Corrientes y el Teatro Colón.
Raíces de cine
Incluso la sede de Tango Porteño enriquece su atadura cinematográfica. La edificación albergó desde 1956 al Cine Metro, una de las salas más prestigiosas de la ciudad, fundada por el estudio de Hollywood Metro-Goldwyn-Mayer. El arquitecto belga Alberto Bourdon diseñó el teatro original, que luego fue remodelado en 1984 por Carlos Casano, Alfredo Zubillaga y Juan Poli.
El Cine Metro vio muchos estrenos cinematográficos de prestigio, pero desafortunadamente no pudo competir con el aumento en popularidad de los multicines. Luego de intentos para mantenerlo en funcionamiento, cerró definitivamente sus puertas en diciembre de 2005.
La cadena hotelera española NH adquirió la propiedad e inauguró el hotel NH Buenos Aires Tango, mientras que un grupo privado recuperó el teatro. Los arquitectos Augusto Penedo y Juan Martín Urgell encabezaron ambos proyectos.
Llegada a Tango Porteño
El local de Tango Porteño aún mantiene rasgos clásicos del Cine Metro, como los detalles art deco, el telón color rojo vino y la marquesina iluminada. Las antiguas salas de cine han sido unificadas como un solo espacio multinivel. Estos detalles te predisponen a prepararte para una experiencia majestuosa.
Las puertas abren a las 8:30 de la noche. Nos dieron la bienvenida, nos dirigieron a la boletería y luego a nuestras mesas. El amplio espacio de mesas y comensales nos recordó al teatro del Moulin Rouge en París, Francia. Nuestro mesero nos sirvió vino y tomó nuestra orden de cena basado en el plan seleccionado.
Menú tradicional
Existen cinco planes disponibles de cena y uno de almuerzo en Tango Porteño, los cuales difieren en ubicación de mesa y menú. Todos incluyen transporte desde hoteles, entrada, plato principal, postre y bar de bebidas abierto durante todo el espectáculo. Si prefieres, puedes contratar una clase de tango de forma adicional.
Como en otras cenas show, los platos de Tango Porteño reflejan la gastronomía argentina. Sus opciones tradicionales incluyen empanadas, bife de chorizo (filete de res argentino), bondiola de cerdo, pastas, y postres basados en dulce de leche. Todos los platos en el menú llevan nombres de barrios icónicos de la ciudad como San Telmo, Caballito, Barracas, y Almagro.
Recomendamos el bife de chorizo, las empanadas criollas de carne cortada, y el mousse de chocolate al cognac con crema de naranja y dulce de leche. También puedes solicitar opciones vegetarianas y sin gluten.
Sube el telón
El espectáculo comienza mientras degustas tu cena. Una luz de escenario alumbra a un mesero despistado en la sala y lo dirige a una mesa en pleno escenario. Allí queda atraído por un sombrero rojo que lo motiva a bailar y realizar trucos de magia con naipes.
Luego de la escena comienza el espectáculo propio, el cual alude a la Década de Oro del tango en los años cuarenta. Los segmentos documentan la vida nocturna en Caminito, la gente en los parques, los bailes de salón y los habitantes del centro de la ciudad. Logran esto sin fondos LED ni proyecciones, sólo escenografía y utilería tradicionales.
Diferencia marcada
Los vestuarios y la coreografía están a la altura de los mejores shows. Ahora, donde Tango Porteño muestra su vena de cine es que cada segmento actúa como un cortometraje de cine mudo. Aparte del cantante que interviene en ocasiones, los artistas en escena expresan emociones con sus gestos y movimientos, sin decir palabra alguna.
Quedamos sorprendidos además con un detalle particular que sentimos durante Tango Porteño. Todos nuestros shows favoritos de tango son intensos y apasionados, pero éste además tiene un aire de inocencia. Un segmento de parque relata una historia de amor juvenil, mientras otro mezcla tango y vals en un tipo de cuento de hadas. Incluso las presentaciones más «sensuales» y «peligrosas» como la de malambo comparten este sentimiento.
También disfrutamos mucho el protagonismo que recibe la banda musical de Tango Porteño, la cual reside en una franja elevada detrás del escenario. El sexteto toca durante casi todo el espectáculo, incluso sin bailes en varias ocasiones. ¡Incluso tienen cambio de vestuario!
Conclusión
Las marquesinas de cine y teatro durante la era dorada del entretenimiento ofrecían una promesa a quienes las veían en la calle. «Entra y serás entretenido. Como mínimo pasarás un buen rato, pero tal vez, sólo tal vez, cambiará tu vida». Las luces de Tango Porteño mantienen esa promesa de antaño y su espectáculo la cumple con creces.
Dónde lo encuentro
Av. Cerrito 570, San Nicolás, Buenos Aires, Argentina
+54 11 4124-9400
www.tangoporteno.com.ar
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