El Grupo Iberostar inauguró el pasado 8 de junio, Día Mundial de los Océanos, un laboratorio de corales (Coral Lab) en la República Dominicana. Su objetivo consiste en preservar los arrecifes caribeños y océanos de todo el mundo. Esta acción forma parte de su movimiento Wave of Change.
El laboratorio se concibió para contribuir a la protección de la vida marina frente al aumento global de las temperaturas y para defender la pandemia que está devastando los arrecifes coralinos a pasos agigantados. Para la construcción de este laboratorio, Iberostar contó con la ayuda de miembros de la comunidad científica, el gobierno dominicano y varias organizaciones no gubernamentales (ONG), entre otros.
Este centro, aunque opera bajo unos estándares científicos rigurosos, está abierto a clientes de los hoteles y visitantes, como parte de las tareas de concienciación y educación del Grupo Iberostar. Además, los niños, a través del programa de entretenimiento Star Camp, también pueden visitarlo y aprender sobre el medio ambiente.
¿Qué amenaza los corales?
La enfermedad que produce la pérdida de tejido del coral pedregoso (SCTLD, por sus siglas en inglés) tuvo su primer brote en Florida Central en 2014. Este evento dejó una estela fantasmal de restos de arrecifes de coral decolorados. El fenómeno ya se ha expandido a México, las Islas Vírgenes de Estados Unidos, St. Maarten y también a la República Dominicana, donde llegó repentinamente en el mes de marzo.
La doctora Megan Morikawa – directora de Sostenibilidad de Iberostar, bióloga marina y doctora en restauración de corales – fue testigo de la aparición de esta plaga blanca submarina mientras ultimaba, junto con su equipo, los preparativos de este nuevo laboratorio de arrecifes de coral en el país.
Las instalaciones del Iberostar Coral Lab
El Laboratorio albergará inicialmente 10 especies y 180 corales individuales (la mayoría de instalaciones similares sólo cuentan con unas pocas especies). Actuará como refugio para los arrecifes coralinos amenazados del Caribe. Es un banco genético, protegido ante los huracanes cada vez más devastadores en alta mar, donde viven la mayoría de arrecifes. Además, extrae el agua salada de los pozos, no del océano. Así lo protege de enfermedades de gran alcance y rápida proliferación, que afectan a los corales, como la SCTLD.
Entre sus características, el laboratorio cuenta con cuatro depósitos de 1,200 litros, otros cuatro con una capacidad de 500 litros y cuatro sistemas de control que permitirán a los investigadores simular con precisión las condiciones marinas futuras. Esto hará posible el desarrollo de cepas de coral resistentes al calor, que algún día podrían reponer los debilitados arrecifes que sustentan poblaciones enteras de peces y protegen los medios de vida costeros.
Iberostar prevé inaugurar más instalaciones para proteger la salud costera en otros emplazamientos en los próximos dos años y construir una serie de viveros en alta mar.